VIRUS ESPIRITUALES EN MEDIO DE LA PANDEMIA.


Por Gustavo Leegstra.

Quiero compartir algunos pensamientos con ustedes. Leamos Romanos capítulo 13 del 11 al 14:

“Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne”

Elegí este pasaje al ver las escenas que muestran en la televisión, en las calles de nuestro país y de todo el mundo. Un ambiente apocalíptico que un pequeño virus produjo en toda la humanidad. En mi mente y corazón entendí que hay otros virus, no físicos, que no afectan al ser humano en su aparato respiratorio o en otras partes de su cuerpo, sino afectan nuestra vida espiritual y su acción puede ser más crítica en estos tiempos que estamos viviendo.

El primero es el virus del temor. Hay mucho temor, no me refiero al temor sano, natural, tampoco del temor a Dios, que es el principal de los temores. Hablo de un temor que desafía la confianza en Dios. Tengamos cuidado. No digo que seamos imprudentes, que tentemos a Dios, pero tengamos confianza en Aquel que gobierna nuestras vidas, quien que controla todo el universo. 

El segundo es el virus de Internet. Lo llamaría “el virus de atracción al mundo”. Internet en sí puede ser una herramienta fabulosa especialmente en este tiempo. Las computadoras, los celulares, hoy más que nunca, en la soledad de nuestros cuartos pueden ser una herramienta para el enemigo de Dios. Tengamos cuidado. Usemos Internet para conectarnos con los hermanos, para difundir el evangelio, no como motivo para pecar.

El tercero es el virus del aislamiento. Es verdad que estamos físicamente aislados, pero no debemos aislarnos del Señor, tampoco de los hermanos. Este virus ya estaba en algunos antes. Por diversas razones, sean religiosas u otras, dicen “no necesito estar con los hermanos”, “no voy a reunirme”. Este virus del aislamiento estaba, pero cuidado que no se intensifique estos días. Edifiquémonos unos a otros, animémonos unos a otros, en este momento tan especial. 

Quiero dejarles un pensamiento final, especialmente a los líderes y discipuladores, y a todos en general. En el capítulo 14 de Romanos Pablo sigue diciendo: “Recibid al débil en la fe”. Miren hermanos en esta pandemia que estamos sufriendo siempre se habla de la población de riesgo, de los mayores de edad, de los que tienen patologías previas, por favor cuidemos a aquellos que pueden ser afectados de tal forma que estas circunstancias los lleven a morir espiritualmente. Hay entre nosotros débiles en la fe, aquellos que este aislamiento, esta falta de comunión les afecta más profundamente. 
Por favor, especialmente a los discipuladores y líderes: Cuidemos a los débiles en la fe, cuidemos a la población de riesgo que puede estar afectada por estos virus espirituales. Dediquémonos a ellos de manera especial para que después que pase esta prueba puedan salir fortalecidos en su fe. Un abrazo para todos. El Señor está cerca.

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