¡LA OBRA SE HA EXTENDIDO! Por Hugo De Francesco






Muchas veces ustedes ven que no estamos en la reunión, es que vamos a muchos lugares. ¡La obra se ha extendido! No vamos a pasear. Cuando visitamos algún lugar hay quien nos pregunta: “Paseando por acá” y le digo “No, yo no voy a venir solo a pasear, vendría con mi esposa”. Necesitamos que nos apoyen cuando salimos, pero también salen otros hermanos a distintas localidades, en la provincia de Santa Fe, Córdoba, Uruguay, el N.O.A., Entre Ríos, provincia de Buenos Aires. Comenzamos a salir a otros países, Claudio L. nos contó las cosas que están pasando en África, en Europa. También nos llaman de diversos sitios para cubrir la obra. Para nosotros no es sencillo viajar, pagamos nuestros propios gastos, hay lugares que se nos hace difícil ir, pero el Señor nos da la gracia para hacerlo ¡Hasta aquí nos ha bendecido el Señor! Les pedimos que compartan nuestra carga.

Estamos en la granja de rehabilitación de droga-dependientes con los hermanos colaboradores. Muy pocos ven ese trabajo. No hacemos un tour para ir a la granja. Ellos están todas las semanas trabajando, también los que están en el Playón de Ludueña, en la zona sur de Rosario, hermanos que trabajan en un lugar muy complicado de la ciudad, sin embargo Dios ha cambiado el clima espiritual después de predicar el evangelio e instalarnos en ese barrio. La gente está agradecida porque puede salir a sentarse en la calle en un sector de tanto crimen. Hace mucho tiempo que no hay asesinatos, se acabó el “narco menudeo”. Allí tenemos un discípulo querido y muy respetado por haber sido líder de una violenta banda. El Señor lo llamó, trasformó y levantó. También estamos en más de cien grupos caseros. Creemos que no informamos lo suficiente estas cosas. Lo cierto es que estamos trabajando, cada responsable de grupo discipulando, tratando de extenderse en su barrio. Se trata de una iglesia en cada casa.¡Gloria a Dios! ¡Dios es bueno! ¡Nos ayudó hasta aquí!

No le restamos importancia a ningún encuentro. Todos juntos y por las casas. Los domingos tenemos una reunión muy importante. Dios ve la obra de cada uno, nos bendice y se alegra. Son hermosos los pies de aquellos que llevan las buenas noticias. ¿Amén hermanos? Aquel que se ensucia las manos, que se acerca al necesitado, a sus vecinos. ¡Hagamos lo que Dios quiere que hagamos! Pienso que Dios nos mira así como nosotros vemos una foto de nuestro planeta vista desde un satélite. De pronto se hace foco en Europa y aparece llena de luces, de repente Africa y hay mucho menos luz, obviamente me refiero a la luz eléctrica. Dios igual nos mira como somos. Tanto hedor que sube a su trono. No nos olvidemos que somos luz, que cada una de nuestras casas es luz, llevando el amor de divino. Dios nos mira y se deleita. Le da placer ver a sus hijos, a su iglesia. Gracias a Dios por su pueblo que está restaurando. Gocémonos al ver a Dios obrar. Dejemos que la llama del Espíritu se encienda y nos queme más y más, y se levante una iglesia fuerte en el Señor. 

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