Si queremos conocer a Dios debemos introducirnos en las sagradas escrituras. Profundizar en este libro y allí a partir de sus intervenciones, de sus leyes, sus mandamientos, su forma de tratar al hombre entramos a conocer quién es Dios, cómo es nuestro Padre.
¿Cómo es Dios? Por ejemplo: ¿Fue justo Dios al endurecer el corazón de Faraón? Si Dios endurece ¿Qué podemos hacer nosotros? Absolutamente nada. Pero las escrituras nos dicen que Dios endureció el corazón de Faraón porque Faraón endureció su corazón. (Éxodo 7:13 y 14) Esta es la situación. Dios no lo endureció caprichosamente porque no lo quería. ¡No fue así! Dios endurece al que se endurece. Dios llega al punto que rechaza al que lo rechaza. ¿Ven cómo actúa Dios? Dios no bendice o endurece caprichosamente a nadie. Hay un principio de reciprocidad. En toda la Biblia lo encontramos.
En definitiva, si queremos conocer a Dios necesitamos conocer en profundidad las sagradas escrituras.
