La Comunidad dialogó con Santiago Malatesta, responsable de grupo casero en nuestra congregación, por sobre todo hermano fiel, esposo y padre de dos hijos. Agradecemos profundamente el tiempo dispensado. Seguidamente la entrevista.
L.C. : ¿Cómo conociste al Señor?
S.M. : Conocí al Señor por medio de mi mamá. Ella se convirtió en la campaña de Annacondia del 85. Allí se convirtieron mi hermana mayor y mi tía. Yo, teniendo 9 años, comencé a asistir a las reuniones de domingo de la Comunidad, que en aquel entonces se hacían cerca del Monumento a la Bandera.
Comencé a ir al grupo de Pre-adolescentes y en el primer retiro que participé (año 87), tuve mi primer encuentro con Dios. A los 12 me bauticé y desde ese día, Jesús es mi Señor, mi verdad y mi vida.
L.C.: Tu familia: cómo está conformada?
S.M.: Mi esposa Viviana, mi hija Melina (11) y Pablo Emanuel (7).
L.C.: Hablemos de tu trabajo: ¿A qué te dedicás Santiago?
Soy metalúrgico. Hace ya 13 años que trabajo en una fábrica de heladeras comerciales, en la ciudad de Rosario. (Arneg Argentina)
L.C.: ¿Cuánto hace que llevás adelante el grupo casero?
S.M.: El grupo comenzó en casa allá por el año 2007. Es un honor poder hacer mías las palabras de Josué, cuando dijo: “Yo y mi casa serviremos al Señor.” El grupo familiar es mi primer familia, mis hermanos, los que están en las buenas y en las malas, mis amigos, mis confidentes. Es para mi una alegría enorme poder abrir mi casa para los hermanos, los nuevos, todos los que quieran buscar a Dios con sinceridad y deseo.
L.C.: En cuanto a tu labor con discípulos ¿Qué podés decirnos?
S.M.: Me discípulo hace 17 años con la misma persona: Diego Chinazzo, un verdadero hombre de Dios. Es un privilegio y honor caminar con él.
Respecto a mis discípulos, tengo de dos tipos. Los “naturales”, que son mis dos hijos. Y también tengo los “Adquiridos” que son 4 (cuatro), con quienes tengo el gusto de caminar en la fe desde hace años. Es una honra y privilegio estar con ellos. Yo aprendo más de ellos que ellos de mí. Son mis hermanos y también mis mejores amigos.
L.C.: ¿Qué metas tenés para el grupo de hogar?
S.M.: El principal objetivo para el grupo es que todos y cada uno de los hermanos seamos esa sal que sala y esa luz que ilumina. Dicen los anarquistas, ” la única iglesia que ilumina es la que arde”. Creo que lo que el mundo precisa, no son más iglesias o más propaganda religiosa. Precisan ser iluminados por hombres y mujeres, llenos del Espíritu Santo, que lleven la presencia de Cristo a cada lugar. A la calle, la oficina, el colegio, la plaza, el supermercado, el banco, la fábrica, etc. Donde estén, lleven la luz de Dios. Mi deseo y oración es ser yo primero, ese hombre fiel, ese testigo abnegado de Cristo y con mi ejemplo, marcar el camino, dejar huellas de fe y pasión por Dios en mis hermanos.
L.C. ¿Cuál es tu carga para la iglesia del Señor en este tiempo?
S.M.: Mi carga puntual y clamor es que Dios nos visite otra vez. Que cada día vivamos en un Pentecostés espiritual. Que la iglesia jamás se vuelva un museo de santos. Que sea la iglesia viva, que camina, que habla, que redarguye, que profetiza, que sana, que libera, que conquista avanzando sobre las tinieblas de incredulidad y perversión que nos rodean.
Que venga el Reino de Dios, a mi vida, mi casa, mi barrio, mi ciudad, mi provincia, mi país, mi continente, mi mundo. Que sea predicado el evangelio del Reino y todos, absolutamente todos, sepan que Dios los ama y tiene un plan de salvación y liberación para ellos.
L..C.: ¿Quisieras decirnos algo más?
S.M.: Lo que quisiera agregar, es que sigamos trabajando juntos y unidos para el Reino de Dios. Que nos enamoremos cada vez más de Jesús. Que como iglesia amemos lo que él ama, y aborrezcamos lo que él aborrece. Que permitamos al Espíritu Santo guiarnos a nuevas estrategias de evangelización para este tiempo. Copemos las calles, los medios de comunicación, las redes sociales, con el evangelio del Reino, con los valores de Cristo. No nos avergoncemos jamás de lo que creemos.
¡¡¡Cristo vive!!!