Testimonio de María Esther Castillo
María Esther es colaboradora en la comunidad cristiana de Rosario. Ejerce su servicio a Cristo dándole cobertura a un grupo nutrido de mujeres que se reúnen en distintas casas de Rosario. Su propio hogar, ubicado en el Barrio 7 de septiembre, está abierto para discipulado y formación, otra casa en las cercanías y la restante en el Barrio Arroyito. María Esther también escribe hermosas poesías inspiradas de lo alto.
A pesar de haber pertenecido a una familia con tradición cristiana, experimentó un encuentro profundo con el Señor en su juventud adulta, allá por el año 1985. Enseguida comenzó a testificar a sus parientes y cercanos. Desde entonces Dios la llamó a consagrarse a su servicio.
Quedó viuda cuando sus hijos eran pequeños situación que la llevó a esforzarse en la atención y provisión para sus pequeños saliendo a trabajar fuera de su hogar. Pero esto no impidió que ejerza su ministerio como obrera de Cristo.
La Comunidad le preguntó cuales fueron los mejores momentos en en su vida cristiana y expresó: "Sin duda las pruebas y las adversidades que me hicieron descubrir la gracia, misericordia y amor de mi Amado Jesucristo".
Un gran anhelo de su corazón se cumplió cuando tuvo la posibilidad de ir a Chile. Fue tanto el amor y el apego con los hermanos trasandinos que viajó en seis oportunidades a fin de compartir del amor de Dios y ser enriquecida. Actualmente mantiene con ellos lazos hermanables muy estrechos.
En el 2016 su salud se desmejoró teniendo que someterse a un tratamiento médico exhaustivo. Hoy, por la gracia de Dios, se encuentra bien y con mucho deseo de seguir adelante en su visión.
María Esther participa en la edificación de la iglesia y su objetivo es formar obreras que continúen la tarea. “Solamente verán el Reino si primero ven al Rey”, es una de sus frases.
Verdaderamente un modelo a seguir por aquellas mujeres que aspiran a ser instrumentos útiles en las manos del Señor.
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