Los niños se han convertido en adictos digitales. Les gusta más el Internet que la televisión.
Qué tan preocupado estaría usted si una persona extraña se introdujera todas las noches en el dormitorio de sus hijos? ¿Qué si el propósito del intruso fuera llenar la mente y el corazón de su hijos con enseñanzas destructivas e imágenes pornográficas de naturaleza malvada? Obviamente usted se alarmaría y haría lo que fuera necesario para atrapar al “criminal” y ver que esa persona fuera llevada presa y enjuiciada.
Estoy aquí para decirle que un intruso en verdad está poniendo a sus hijos en riesgo. Sistemáticamente está acechando a sus hijos. Tristemente la mayoría de los padres y líderes cristianos no reconocen esta realidad.
Lo que voy a presentar aquí seguramente llenará de temor su corazón…y debe asustarlo. Los estudios han mostrado que el principal temor entre los padres y líderes cristianos es que el punto de vista secular y la inmoralidad sexual atrape los corazones y mentes de sus hijos. Como una manera de afrontar ese temor, los padres han ayudado a abrir y sostener más escuelas cristianas y han formado redes informativas para enseñar a sus hijos en casa más que en ninguna otra época anterior.
Los niños se han convertido en adictos digitales. Les gusta más el Internet que la televisión. Ante esta realidad, muchos padres y educadores han bajado la guardia. Sería natural dar por sentado que los niños son inmunes a estas influencias provenientes de una cultura corrompida si viven en un hogar cristiano, participan de la iglesia, tienen educación cristiana y participan de actividades cristianas. Pero la amarga realidad es que nuestros niños están mucho más expuestos ahora que los niños que vivieron hace 10 años. La razón para esto es que ahora estamos en medio de una revolución social que está permitiendo que gente inmoral y corrupta tenga acceso directo a nuestros hijos.
La revolución de los medios sociales
La cultura ha influenciado a la generación anterior a través de varios medios tales como el radio, la televisión, los videos, las revistas, etc. Si los padres antes vigilaban todo aquello que su hijo(a) escuchaba o miraba y leía, había una cierta seguridad de que podrían ser protegidos de los efectos negativos de una cultura destructiva. Sin embargo, hoy día, la revolución de los medios sociales lo ha cambiado todo. El intruso cultural tiene libre acceso a nuestros hijos a través de canales que apenas existían hace diez años.
Algunas recomendaciones
1. Los padres tomando la iniciativa
Sea el primero en hablar de todos los temas con sus hijos, no espere que los medios o Internet lo deformen en sus conceptos y valores.
2. Obtenga más conocimiento
Dios habló a través del profeta Oseas y dijo, “Mi pueblo fue destruido
porque le faltó conocimiento” (Oseas 4:6).
3. Sea modelo de la Verdad
No es que nuestros hijos no hayan escuchado las predicaciones en la
iglesia, y las enseñanzas acerca de la inmoralidad sexual, así como en
las escuelas cristianas y de parte de sus padres. Lo que hace falta es
un modelo vivo que demuestre la verdad en la vida real.
4. Enseñe en el contexto de una relación
Frecuentemente yo digo, “La verdad sin una relación lleva a la rebelión.”
Las verdades del cristianismo, como la deidad de Cristo, su resurrección,
y la confiabilidad de la Biblia, no son sólo verdades fundamentales, sino
también son verdades relacionales.
5. Ninguna pregunta está fuera del límite
Algunos materiales que nuestros hijos están viendo y leyendo son horribles.
Me doy cuenta que es algo repugnante y nos hace sentir incó-
modos. Sin embargo, desde el momento que nacen debemos crear una
atmósfera abierta y de acercamiento, lo cual hace que cualquier y toda
pregunta sea aceptable.
6. Empiece temprano
No espere que su hijo sea adolescente o joven, empiece a conversar e instruir ya.
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