Christian Odone con un equipo de colaboradores llevan adelante la Comunidad cristiana en la ciudad de Pilar (Córdoba). En su paso por esta laboriosa localidad este medio tuvo la oportunidad de conversar con este verdadero discípulo.
Se trata de una comunidad esforzada y dinámica que tuvo su inicio allá por el año 2003 cuando Christian y Sigris Odone -discípulos provenientes de Rosario- se trasladaron a Pilar.
Desde el principio el matrimonio Odone demostró carga y compromiso con la obra del Señor mientras continuaban con su responsabilidad laboral y profesional.
En esa etapa prístina de la comunidad dieron prioridad a las relaciones hermanables, a ayudar a los necesitados, a vivir como familia de Dios procurando el acercamiento con el resto de las congregaciones de la zona, premisas que sostienen hasta hoy.
Actualmente están construyendo un espacio polifuncional para los distintos encuentros y actividades deportivas. Christian nos comentó el esfuerzo de los hermanos para alcanzar este objetivo y la provisión de recursos de manera sobrenatural en las etapas más difíciles de la obra.
Esta iglesia cree y Dios actúa sanando enfermos y haciendo maravillas. A través de los años se ha enriquecido con el ministerio de hombres como Néstor Scansetti, Hugo De Francesco y Víctor Rodríguez, entre otros.
Los caracteriza una forma sencilla de funcionamiento trabajando para el crecimiento espiritual de los hermanos mediante el discipulado personal.
Actualmente están construyendo un espacio polifuncional para los distintos encuentros y actividades deportivas. Christian nos comentó el esfuerzo de los hermanos para alcanzar este objetivo y la provisión de recursos de manera sobrenatural en las etapas más difíciles de la obra.
Esta iglesia cree y Dios actúa sanando enfermos y haciendo maravillas. A través de los años se ha enriquecido con el ministerio de hombres como Néstor Scansetti, Hugo De Francesco y Víctor Rodríguez, entre otros.
Los caracteriza una forma sencilla de funcionamiento trabajando para el crecimiento espiritual de los hermanos mediante el discipulado personal.
Sin temor a equivocarnos podemos definir a Christian como “un motor fuera de borda”, amante de Dios, de su familia y de todo el cuerpo de Cristo. ¡Vimos en Pilar una verdadera comunidad del reino!
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