El mundo de hoy se está distorsionando a una velocidad impresionante. Los cambios en nuestra generación, digo nuestra aunque tengo 75 años, son vertiginosos mientras la ciencia y la tecnología están alcanzando límites inimaginables.
Cuando vinimos de Palestina, mi abuela le mandaba desde el Líbano cartas a mi mamá, y el barco tardaba un mes en llegar, más la entrega de correo se iba una semana más. Cuando mi mamá le respondía pasaba otro mes más. Ese era el ritmo de la correspondencia. Hoy en el instante, por skype, por whatsapp y otros medios se llega a cualquier parte del mundo.
Así como la ciencia y la tecnología avanzan, por el lado negativo los valores y costumbres morales de nuestra sociedad están en caída libre, hacia un abismo de inmoralidad y desuso.
Existe un enemigo de Dios y de los hombres que hasta se mete en la iglesia para tratar de engañar aún a los hijos de Dios. La Biblia lo presenta como el engañador de las naciones en Apocalipsis. La única esperanza para esta desorientada y confundida humanidad es Jesús. Cristo en nosotros es la esperanza de gloria. Como hijos de Dios y siervos de Jesucristo, necesitamos discernir cual es la estrategia del enemigo de Dios hoy, y estar llenos de la verdad para ser obreros eficientes en nuestra generación. Necesitamos tener claro que nuestra lucha no es contra carne y sangre, es decir contra las personas, por más que piensen equivocadamente, nuestra lucha dice Pablo es contra principados, potestades, gobernadores de la tinieblas y huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Así que tenemos que saber que nosotros no estamos en contra de los que piensan diferente, amamos a todos, no importa lo que piensen, lo que crean o lo que practiquen. Amamos a todos, no sus pecados o sus errores. Entonces nosotros no tenemos lucha contra personas, al contrario estamos para ayudarles, veamos:
1° Juan capítulo 2: 18 al 27.
"18 Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. 19 Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros. 20 Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas. 21 No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira procede de la verdad. 22 ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. 23 Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre. 24 Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre. 25 Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna. 26 Os he escrito esto sobre los que os engañan. 27 Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él"
La palabra anticristo está formada por dos palabras griegas y significa “lo que está contra Cristo”, básicamente todo lo que se opone a Cristo. Se opone a la revelación de Jesucristo dada a los apóstoles y profetas del primer siglo quienes escribieron estas cosas, aquel kerigma, aquella verdad. Jesús no escribió ningún libro, él habló y trasmitió la Palabra verbalmente a los apóstoles, y ellos fueron los receptores. Y la cristiandad conservó ese canon del Nuevo Testamento donde está la verdad revelada, comunicada y trasmitida por los apóstoles y profetas del primer siglo.
Para discernir debemos tener claro que todo se resume en esto: Cristo y el anticristo. Dios y el anti Dios, y eso es todo. El anticristo en cada época de la historia va tomando diferentes mentiras, todas ellas en definitiva contradicen la Palabra de Dios.
En el primer siglo la mentira principal del anticristo era declarar que Jesús no era el Mesías. La palabra Mesías es de origen hebreo y su traducción al griego es “xristos”. Mesías y Cristo en el hebreo es lo mismo. “¿Quién es el mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo?” y esa mentira es la que se tragaron los líderes religiosos de este tiempo, los principales sacerdotes y el pueblo de Israel, quienes hasta hoy como nación, siguen creyendo esa mentira que instaló el anticristo en el primer siglo. Pablo dice en romanos 11 que cuando se cumpla el tiempo de los gentiles Israel se va a convertir, va a creer que Jesús es el Mesías.
Dos recursos
Ahora bien, Juan dice que nosotros tenemos dos recursos para no ser engañados por el anticristo o por los anticristos (porque hay muchos)
¿Cuales son esos recursos?
1-”Lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros”
Si estas cosas permanecen en nosotros, permaneceremos en el Hijo y en Padre. Se trata de lo que nos han trasmitido los apóstoles y profetas y está escrito en el Nuevo Testamento, eso es lo que nos guarda. Por eso debemos estar firmes y no dejarnos mover por ninguna idea, ninguna ideología, ningún viento de doctrina.
2-El segundo recurso que tenemos es la unción.
Esta unción dada por el Espíritu Santo nos enseña todas las cosas, entre ellas y la más importante nos enseña que permanezcamos en él. Entonces tenemos dos recursos: La Palabra revelada y el Espíritu Santo. Y estos dos recursos siempre deben ir juntos, de un modo inseparable. Cuando alguien pretende colocar el Espíritu sobre la Palabra estamos en un camino equivocado. Cuando alguien pone la Palabra sobre el Espíritu también estamos en un sendero errado. Los dos tienen que ir juntos.
Nosotros no nos guiamos por argumentos, razonamientos, sentimientos, tradiciones, experiencias, ni en supuestas “revelaciones” extra bíblicas., menos anti bíblicas. Nuestro seguro y firme fundamento es el Cristo revelado a los apóstoles del primer siglo y cuya palabra tenemos en forma muy clara en nuestro poder....
(Continuará)