"Mas los que fueron esparcidos, iban por todas partes anunciando la palabra" Hechos 8:4
La fuerza centrífuga es aquella que tiende a alejar los objetos de su eje de rotación. Desde los albores nuestra tendencia como iglesia fue "desde el centro hacia afuera", es decir que el punto fuerte no estuvo en centralizar sino en salir, alargar, expandir. Podemos afirmar con claridad que el ADN dado por Dios nos hizo una comunidad centrífuga.
Según el diccionario centrífugo significa que se aleja del centro. Con esta tendencia natural que nos caracteriza las actividades se desarrollan por las casas, en pequeños grupos, discipulado en hogares y también en lugares abiertos.Algunos han salido a otras ciudades en pos de la extensión del reino de Dios. Y este es el aroma que la congregación huele con mayor gusto.
Cada iglesia o comunidad eclesial es básicamente fiel al ADN dado por el Espíritu Santo.
Hay congregaciones que nacieron con fuerza centrípeta, centralizaron sus actividades y esfuerzos. Su fundamento y fuerza está en masificar, en conglomerar. Pero este no es nuestro caso.
Salvo algunas excepciones, nuestros hermanos sienten gozo participando en los grupos familiares, abriendo sus casas, predicando en los barrios, en las plazas, saliendo a otros pueblos, juntándose de dos o tres, buscando y haciendo nuevos discípulos. Estas cosas son las que deberíamos promover. Cuando más descentralicemos mejor, por supuesto en oración y ordenadamente. No tengamos duda que habrá un amén muy grande en el seno de la comunidad.
¿Cual es el motivo de esta actitud? Simplemente porque respondemos a nuestro código genético: salir.
Siempre la comunidad será fiel a su propia naturaleza y cada tanto se encargará por sí misma de purgar todo lo que le sea contrario. ¿Tendrá algo que ver que el significado de iglesia sea "llamados a estar fuera"?
Por Oscar Gómez
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