Entrevista con Claudio lancioni



Granja de Rehabilitación de Droga dependientes.

(Entrevista hecha por Claudio Pagura y Hugo De Francesco - del programa “Historias que merecen ser contadas”)

Claudio es el encargado de la Granja de Rehabilitación de droga-dependientes perteneciente a la Comunidad Cristiana de Rosario.

C.P. ¿Por qué los centros de rehabilitación de fe tienen más éxito que los centros terapéuticos o laicos?

C.L. En nuestro centro, los que están ayudando a las personas en su recuperación pasaron por el flagelo de las drogas. No están teorizando acerca de cual sería la ayuda adecuada, sino que ya estuvieron bajo el peso de los quebrantos que produce una adicción y los han superado. Algunos de los colaboradores desde hace mucho tiempo llevan una vida ordenada y estable, lo que les confiere autoridad para aconsejar, corregir y ayudar. Sin menospreciar, no ocurre lo mismo con los centros que solamente brindan una ayuda profesional, aunque a veces nosotros mismos debemos recurrir a la ayuda de profesionales, pero sí creo que la autoridad que confiere la experiencia, el aliento que se comunica a través de la persona que superó la adicción da un plus y seguridad. El que llega sabe que quien lo está ayudando comprende su problemática desde adentro. No así en los centros ambulatorios o quien aconseja profesionalmente y no desde la experiencia.




H.D.F. ¿Tengo entendido que la meta o desafío que se persigue es que la gente tenga un encuentro con Dios?

C.L. En realidad sí, pero no es un requisito sine qua nom que la persona  tenga que abrazar nuestra fe, no lo planteamos de esa manera. Sí les pedimos a los que llegan que por lo menos participen en algunas reuniones que tenemos en la semana, más bien para que haya un sentido de orden en el lugar. 
Nuestra fe es una respuesta personal que le debemos a Dios, no podemos obligar a nadie, pero sí creemos con una convicción muy profunda que muchos de los problemas del ser humano encuentran verdadero descanso y solución en el Dios que nos creó. No alcanza con abrazar un sistema de valores distinto o tratar de proyectarnos en la vida de una manera diferente. 
En el centro tenemos personas de todas las edades,  la mayoría jóvenes. Muchos han reincidido a lo largo de los años, intentando salir de la adicción de todas las maneras posibles. Nosotros sabemos que cuando la realidad del corazón humano toma contacto con un Dios que nos ama alcanza la sanidad de la mente y del alma, no entiendo que haya otro recurso que pueda operar tan profundamente en el corazón como lo que hace Dios mediante la propuesta del evangelio que nos salva y eso es básicamente lo que tenemos para ofrecer. 
No obligamos a la gente, al que se dispone a recibir  esta propuesta se la compartimos, y al que no,  le ofrecemos nuestra amistad, cariño y sentido de familia. 




C.P. Cuando hablabas de la gente que experimentó liberación de estas cosas me acordaba del pasaje de Hebreos 12:1 que habla de una gran nube de testigos que son los que se mencionan en Hebreos 11, ellos nos están diciendo que es posible alcanzar los objetivos, nos están animando. Creo que la gente que ha salido del flagelo de las drogas hoy es la gran nube de testigos que los alienta y les está diciendo “Les aseguramos que es posible, no porque nos contaron sino porque lo experimentamos a través de un encuentro con Dios".

C.L. Sin duda.

H.D.F. ¿Cómo es la terapia que se brinda?

Para hablar de terapia tendríamos que hacer un poco de historia,  hace que empezamos con la granja unos treinta años, allá por el año 1986. Yo me convertí a Cristo en ese año, quiero decir además que tengo un trasfondo de consumo de drogas que no era tan serio como otros, si bien consumía no me encontraba en un estado de dependencia como muchos de mis amigos que eran adictos a drogas duras como la morfina, la cocaína y otras “malas yerbas” que se consumían en la década del 80. 
En ese entonces vimos la necesidad de aislar a algunos de esos muchachos de su contexto de vida y familia que era muy contaminantes.




H.D.F. No todos necesitan ser aislados, ¿Esto es así?

No todos son adictos, algunos son consumidores, hay un consumo denominado recreativo, como ahora está de moda el éxtasis, el fin de semana consume y el lunes va a trabajar. Mantiene su contexto social, está inmerso en una estructura de vida, aun con todo el daño que recibe. Otros no pueden sostener su conducta social, pierden sus trabajos e incurren en la delincuencia, y llega el momento en que la familia, a pesar que los ama, se  desgasta de tal forma que los terminan echando de la casa y entonces quedan en un circuito de desorden. Si no lo sacás de ese ámbito es difícil ayudarlo.
En la década del 80 empezamos a ayudar a muchos de mis amigos, no olvidemos que en los 70 apareció el flagelo del Sida, muchos murieron porque no estaban presentes los recursos preventivos y médicos que hay en la actualidad. Hoy la persona infectada puede llevar una vida normal. Así que en aquella época era muy difícil contener a estos jóvenes en nuestras casas. De hecho a mí y mis amigos nos recibieron en su casa hermanos que nos brindaron todo su afecto, consejo y comprensión, pero había otros casos muy complicados, porque la voluntad queda vulnerada a través de los años y si no los sacás de su contexto es muy complicado ayudarlos. 
En el año 1986 la familia Giannini nos prestó una casa de campo en la zona de Coronel Domínguez, a unos 30 kilómetros de Rosario, y en ese lugar comenzamos a hacer experiencia desde nuestra propia experiencia. Los criterios de trabajo de hoy tienen que ver con pruebas y errores a lo largo de los años. Queremos proporcionarle a la gente que se acerca un  clima de afecto, de familia, de orden, porque lo que no tiene en su vida un adicto o un alcohólico es orden. 
En la granja se levantan a las 6 de la mañana, desayunan, luego tienen un momento de lectura  diálogo y se organiza la tarea del día. Trabajan hasta las tres de la tarde, después  almuerzan  y a partir de allí queda tiempo libre para compartir y hacer deportes. A las 22 todos a descansar. 
Tenemos una linda cancha de fútbol, mesa de ping-pong, guitarra, la idea es que tengan una jornada distendida, que es lo que ofrece el campo. 
Hoy estamos ubicados entre Coronel Dominguez y Cuatro Esquinas, bien en zona rural. El que sale de las drogas queda en un estado de mucha ansiedad, y bajar de la angustia y la aceleración a la normalidad les cuesta, lleva tiempo y me parece importante estos primeros cuatro meses en que la persona vive en el campo “bajando los decibeles”, se tranquiliza,  modera, su corazón se abre, y se siente contenido, amado y encaminado en la vida. 

C.P. ¿Cuales son las razones que hace necesario aislar a la persona de su contexto?

En primer lugar tienen que salir del circuito, cambiar hábitos, valores, salir de la calle. Me acuerdo cuando íbamos a buscar a estos muchachos que conocíamos, algunos eran mis amigos otros no, tenía que esperarlos porque estaban vendiendo, se trataba de una lucha desigual. A veces hay adicciones en su misma casa, un padre alcohólico o violencia familiar. Tienen todo un contexto de vida complejo que lo está invitando a perseverar en el pecado, en la adicción. Por eso es importante que la persona tome distancia y se aisle.

Continuará.....

Comentarios

  1. HolA mi hijo Agustín de 18 años está tan perdido en la. Drogas como puedo hacer para internaron,es único hijo ya me robó todo y de todo

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