Dejame colocar esto en tu corazón y en tu hogar.
Para que la presencia de Dios esté en la casa es importante tener conciencia del pacto matrimonial. El pacto aparece en Génesis capítulo 2 “Dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán una sola carne”. Qué importante la frase “se unirá a su mujer”. Esa palabra unirse significa estar pegados, que no se pueden despegar, la única manera de hacerlo es rompiendo.
La unidad matrimonial no se puede disolver ni dividir pero sí se puede romper. Y esto lamentablemente lo tenemos que ver todos los días. Matrimonios rompiéndose por todos lados. Es común en la sociedad actual escuchar “yo estoy divorciado”, “yo estoy divorciada”. Sin embargo, no significa que lo común sea lo normal.
Cuando está presente la conciencia del pacto en el varón y en la mujer se afirma y fortalece el matrimonio. Esta conciencia del pacto le dice NO a millares de posibles hombres o mujeres para intentar formar una nueva pareja. La conciencia del pacto dice: “Esta es mi esposa” “Este es mi esposo”. Jesús dijo: “Hasta que la muerte los separe”.
Cuando está presente la conciencia del pacto hay dos palabras que llegan a ser malas palabras: separación y divorcio. El Señor ya había hablado en Malaquías “Yo aborrezco el divorcio”. Estas son malas palabras para los cristianos. Tenemos que escuchar con frecuencia algunos que dicen: “Si esto no funciona nos separamos”, pero esto no debe estar más en el diccionario de nuestra mente. Mencionarlo es mala palabra.
Cuando está la conciencia del pacto matrimonial se tienen en cuenta los tres elementos del matrimonio: *Dejar al padre y a la madre *Unirse a su esposa/o y *ser una sola carne.
Me importaría mucho que le digas amén a tu esposa y a tu esposo. ¿Amén?
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